lunes, 21 de febrero de 2011

JEANNE MOREAU ET ETIENNE DAHO. "Le condamné à mort" (2010)


Jean Genet fue uno de los enfants terribles de la literatura gala. Junto a Baudelaire, Rimbaud o Verlaine, escenifica toda una manera de apostar por la transgresión, por la ruptura con el orden moral imperante en una sociedad que no estaba preparada para estos satanes de noches de exceso y violencia.

Abandonado por su tutores, paso su infancia en correccionales, y más tarde la cárcel fue su nido más permanente. Adicto a la prostitución homosexual, ladron, picaro, victima de uno tiempo inclemente, dedicó su poema más celebre y conocido, "Le condamné à mort", a su gran amor, Marcel Pilorge, condenado por asesinato y ajusticiado mediante la lengua de acero de Madame Guillotine.

Jeanne Moreau, actriz, y cantante, se unió con todo un emblema de la canción pop francesa, Etienne Daho, para recrear esta larga oda al amado, repleta de dolor, de devastación, aristas en los versos, palabras que se quiebran mientras llega el fin, la separación.

"Le condamné à mort" es bello, lirico, potente, estremecedor. Empiezas con "Le vent qui roule un coeur", con Daho acompañado con una guitarra acústica, minimal, envolvente, terciopelo de sangre, luz en la penumbra. Los compases de "O la douceur du bagne" habla sobre las soledades de las carceles de las colonias francesas, donde quien entraba, salia unicamente en un barco de madera con una cruz para siempre. Y aqui aparece Jeanne Moreau, como formidable contrapunto con la voz dulce de Daho; ella entona grave, recia, colapso en la garganta, fiebre sin fin. Estremecedor.

Las cuerdas que dan comienzo a "La chanson qui traverse" se convierten en un carnaval trágico, en un cadalso instrumental, que te sobrecoge y hiela. Y en medio de todo los versos de Genet, "tu alma delicada los montes atraviesa acompañando siempre la milagrosa huida de aquel que se ha fugado, muerto al fondo del valle, de una bala en el pecho, sin reparar en ti".

La media hora del disco es todo un vals de la pobreza, de la desesperanza. Pero todo lo iluminan estos dos monstruos de la escena francesa. Moreau recita,y te quedas inmovil, parado, absorto y pegado a la cadencia de su homenaje al poeta, ("Sur mon cou").

Y cuando Daho se queda sólo, compone oscuras entrañas musicales,como "Les assasins du mur" que nos hace imaginar la vida de Genet encarcelado, amante que se sabe abandonado por la sentencia de los hombres que derrotará al amor mediante el hierro.

"Le condamné à mort" es arte en estado puro. Es la vida y la poesia, son canciones espectros, insania y derrota, mendicidad, y a pesar de todo, creencia en el amor. "Elève toi dans l'air" es como su titulo, una elevación hacia algún abismo redentor.

Música catarsis, y la gravedad de Moreau articulando los versos estrangulados en una sinfonia que aunque desconozcas el idioma, te hará estremecer, y quizás volcarte en buscar ese largo poema que Genet dedicó al que tanto quería.

"Solicito a la muerte la paz, los largos sueños, un canto de querubes, sus perfumes y cintas, angelotes de lana en tibias hopalandas, y aguardo oscuras noches sin soles y sin lunas sobre landas inmoviles". Sin palabras, sin respiración, arte total.

2 comentarios:

360º de Separación dijo...

Hola Carlos,

Gracias por pasarte por mi casa, así he podido descubrir este rincón. Todo un placer encontrar con gente que, como yo, disfruta escribiendo sobre música.

No conocía esta colaboración de Etienne Daho, personaje que se me antoja imprescindible. Voy a buscar este trabajo hoy mismo.

Te enlazo en mi humilde casa. Un saludo,

Manuel Soleado

Carlos dijo...

Saludos desde esta ahora tambien tu casa