miércoles, 23 de abril de 2014

SUN KIL MOON. "Benji" (2014)


Me aficioné a Mark Kozelek con sus Red House Painters. Desde que me hice con su primer largo, en vinilo, no paré de completar toda la estela de silencios comprometidos, de melancolía henchida, con tan poca instrumentación,con tanta voz. Kozelek siempre ha sabido pintar estadios del alma, decorar a su antojo rosaledas donde poder pincharte, sangrar con una melodía, beber de deseos con su lírica arrebatadora.

Sun Kil Moon es su actual proyecto, y este, su ultimo disco, es como la portada. Un campo difuminado donde andar sin prisas. "Carissa", la primera del lote, te lleva de la mano entre doradas alfombras, en primaveras compuestas por trinos pasajeros o ecuaciones de amor con x invertidas.

Escuchar a Sun Kil Moon  es como oír a Red House Painters. Nada ha cambiado. Te sumerges en su oasis y te convidan a un refresco de calma, a una apasionante temporada de sobriedad. El folk de "I can't live without my mother's love" es para esparcirte en la hierba. Suena la guitarra, los siseos del aire, la tranquilidad de la vida.

En este trabajo se pasean junto a Mark y su banda, Steve Shelley, Wild Oldham, o Jen Wood. Todos por la labor, para hacer de este "Benji" un caramelo con caras tan abrasivas como "Dogs", donde deja de un lado los aires tranquis, para subir la cuesta de la tensión comedida, o diatribas cariñosas como "Pray for Newton", deliciosa de principio a fin, corriente que despide bucolismo y candor.

"Jim Wise" es una balada para dormir demonios y "I love my dad", es una autográfico acercamiento a la huella de su padre, con coros casi soul. Ben Gibbard pone su voz en "Ben's my friend", dedicatoria que hace Mark a su colega y donde en un mano a mano bestial se la componen para irradiar frenesí y suavidad.

Oír a Sun Kil Moon es olvidar desdichas, es apaciguar engaños, es rodar y rodar por calmas sentidas de afecto y arrebato. Necesidad para aplacar la sed.


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