domingo, 3 de agosto de 2014

CATHERINE WHEEL. "Ferment" (1992)


Suenan los primeros acordes de "Texture" y ya estoy acorralado. Acorralado, sin escape. Los 90. De nuevo el cuento, la fantasía, un mundo de guitarras salvavidas, de acordes que destrozaban el corazón, de princesas falsas que eran lloradas con una tonelada de alcohol.

Catherine Wheel tienen todo para que los tengamos en el arcón de los tesoros antiguos, los que guardamos junto a nuestro acné fallecido, junto a nuestra rabia por combatir la apatía de los 20 años con un buen puñado de andanadas eléctricas. Y este grupo inglés tenia en este su primer disco una buena colección de canciones para hacerlas nuestras. Entre la épica y el desazón. entre el lirismo y el dolor ("I want to touch you").

Porque "Ferment", su mejor disco, está lleno de líneas para escribir sonetos de palabras estranguladas. "Black metallic" me sigue rompiendo el alma mientras escribo estas palabras que hacen de portaviones hacia un tiempo muy pasado donde todo era distinto. Nostalgia, melancolía, o tan solo juventud.... Sabían buscar silencio, romperlos con un gozne apabullador, escribir desde el principio notas salvajes de luces amenazantes.

Catherine Wheel. Me lo grabaron en la época, los llevaba en el cassete-oreja, me sentía grande cuando sonaba ese armazón de electricidad que era un rayo que rompía el cielo. Las ruedas de Catherine que suben y bajan, que bajan y suben....

El inicio shoegazing de "Indigo is blue" se convierte en una dolorosa expresión de rock medicina del alma, aspavientos, especulando racimos de tristeza mientras la maquina no para, no se detiene. Cada cosa en su sitio, la luz en las entrañas, los cuerdas en los siderales orbes de especulaciones interiores.

"Tumblendown" y "Bill and Benn", son dos más de las excusas que tenemos para compartir un buen rato con este grupo que nos arañó el pescuezo en esos maravillosos años. Giraban y giraban las ruedas a la par que cumpliamos años, dejando atrás nuestros sueños perfectos, las canciones sin domar.


2 comentarios:

bboyz1970 dijo...

Que gran banda y disco, esa frontera invisible entre el Sonido Americano, lo oscuro, épico y el indie de los 90. Recuerdo que se me quedó engarzada "She's my friend" en el primer maxi que me compré de ellos con esas magníficas caras b: "Upside Down", "Salt" y magnífica versión que hicieron de Pink Floyd. Texture, I want To touch you, She's my friend o Flower to die que acabaron por ser de mis preferidas. Que ternura de 22 añitos!!

Carlos dijo...

Joder, mejor imposible definir. Si,22 años, puberes electrificados por discos que comprabamos, por grabaciones en cassete que nos hacia feliz. Buscabamos la dicha y la dicha nos guiñaba un ojo en noches de exceso y rock. Y las ruedas, siguen girando.....